¿Por qué migrar del rascacielos al coworking?
Por Carlos Espinosa. Cofundador de @El3erEspacio
Hoy en día la seriedad o éxito de una startup o proyecto sea del tamaño que sea, ya no se mide por el piso en el que se ubica en alguna de las exuberantes y financieramente obsoletas torres de oficinas de Paseo de la Reforma, por el contrario, se mide por la calidad del trabajo, la creatividad e innovación que el equipo tiene, el cumplimiento de los tiempos y acuerdos, y sobre todo por el seguimiento ulterior a los clientes.
En México la solides crediticia, la liquidez y en general unas finanzas sanas, son factores determinantes para que una PyME o startup pueda adquirir fondos con instituciones financieras y crédito con otras empresas. Sin embargo mientras las empresas y proyectos hacen hasta lo imposible por cumplir con todos estos requisitos, siguen siendo víctimas de la políticas absurdas de imagen corporativa que se contraponen con las buenas prácticas financieras.
Por si lo anterior no fuera poco, las PyMES deben además gastar recursos e invertir en capital humano para innovar constantemente, generar propuestas atractivas y ser más productivos con el fin de ser competitivos.
Una startup que opera desde casa o que no tiene oficinas tiende a ser mal vista en comparación con aquella que renta un despacho, a pesar de que la primera tenga más talento, la segunda aparenta tener mejores ingresos por tener la capacidad económica de solventar un espacio propio, y por ende más clientes, lo que da el mensaje de que si tiene clientes, entonces es buena y propositiva cuando podría ser todo lo contrario.
Lo anterior esta muy arraigado a nuestra realidad en el entorno económico local, a pesar de que en el ámbito global los negocios más productivos e innovadores son instrumentados a costos muy bajos en un mundo más digitalizado y menos presencial, pero no por ello menos colaborativo. Fuera de México, las empresas poco a poco empiezan a evaluar las opciones que se ofrecen en el mercado para mejorar la aplicación de los recursos financieros y además gozar de los beneficios inherentes que traen consigo los cambios. Por tal motivo es que los espacios de coworking se perfilan como la opción que cumple con todos los requisitos y más.
Finanzas sanas.
En general ser productivo es maximizar los beneficios de cada peso gastado. por lo que el coworking ofrece.
- Tener acceso a un espacio formal y funcional de oficina con equipo y materiales adecuados a costos mínimos.
- No gastar dinero en fianzas, depósitos en garantía o avales.
- La casi mágica oportunidad de convertir todos tus costos variables en costos fijos, te permitirá realizar presupuestos menos volátiles y cotizaciones más atractivas para tus clientes.
- No gastar en mobiliario y equipos adicionales a tu herramienta básica de trabajo.
- Deducibilidad fiscal.
Creatividad e Innovación.
El comportamiento de las personas suele ser errático y muy volátil, las preferencias y tendencias en mercados muchas veces surgen de forma espontánea y otras son generadas por la industria. En cualquiera de los dos casos, la respuesta y capacidad de las startups para adaptarse a ello es lo que marca la diferencia entre sobrevivir y ser siempre reactivo, o vivir y ser proactivo. En ese sentido, el coworking te ofrece:
- Una comunidad de otras PyMES, startups, emprendedores y freelancers que viene al mismo lugar a trabajar.
- Mejora en el desempeño. La convivencia aporta diversidad de opiniones en charlas aleatorias que se tienen de forma natural. Es como estar en una conferencia TEDx todos los días pues nunca sabes lo que la gente puede aportar.
- Productividad. No existe aún nada en el mundo que sustituya la sensación de salir a trabajar. El hecho de tener una mesa y una silla cómoda y la opción de cambiar de lugar sin que ese lugar sea la cama, mejora tu desempeño.
- El retorno de inversión es muy alto, superior al 100%.
- Innovación y frescura. muchas veces el estar inmersos únicamente en nuestra actividad o entorno nos puede hacer actuar de forma mecánica, y hacernos omitir esos pequeños detalles de los cuales puede surgir la innovación, perder de vista nuevas formas de resolver problemas y sobre todo, maneras de percibir una realidad muy cambiante. Acudir a un espacio de coworking puede traerte de forma gratuita una lluvia de nuevas ideas y perspectivas de la comunidad sobre un tema.
- Contagiarte de la energía de las personas y compartir experiencias en un entorno informal pero profesional.
Capital Humano.
El capital humano siempre es un tema que impacta en los presupuestos de las startups; quieren acceder a personal capacitado y propositivo pero no saben si podrán mantener la nómina por mucho tiempo. Lo anterior es producto de la errónea idea que muchos tienen de que el capital humano es un gasto y no una inversión. En un espacio de coworking podrás:
- Conocer a personas de distintas disciplinas, y a su vez contactos de esas personas sin tener que realizar una búsqueda exhaustiva en la red, donde además, los motores de búsqueda te arrojan al mejor posicionado o al que pagó la publicidad, más no al mejor para una tarea o trabajo.
- Compartir. La comunidad de un coworking esta abierta a exponer lo que sabe. Muchas veces te pueden ayudar a resolver un pequeño problema sin cobrarte o sin burocracia, lo cual suele ser sumamente conveniente cuando una pequeña duda te tiene atorado en tu trabajo.
- Subcontratar. Si tu proyecto o empresa requiere de una labor más detallada y compleja, puedes contratar a alguien sin tener una relación patronal más allá de la firma de un contrato de servicios y siempre puedes checar avances ya que ambos están en el mismo lugar, y sobre todo, trabajar con alguien que has descubierto que te cae bien. No hay nada peor que trabajar con alguien que no te agrada solo porque no tienes otra opción.
- Entablar relaciones. Más allá de lo laboral, lo personal siempre es un tema complicado a la hora de los trabajos. Muchas veces lo único en común en una oficina es la actividad que todos deben hacer, sin embargo, en un coworking y dada la multidisciplinariedad, coexisten muchas personalidades con gustos y actividades extracurriculares muy variadas, dentro de las cuales los integrantes de una startup pueden encontrar alguna similitud y entablar amistades.
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El mercado ha tratado de responder a las exigencias de las personas y las empresas vía las cafeterías, las cuales ofrecen todo este ambiente acogedor, o las oficinas virtuales (que en DF hay miles), pero que solo sustituyen la necesidad de aparentar una estructura laboral aunque en muchos casos son solo una dirección. Un coworking tiene lo que tu casa, lo que una oficina virtual, lo que una cafetería y lo que cualquier edificio de oficinas ofrece, más una comunidad de gente que no encuentras en ningún otro lugar pues cada coworking tiene su identidad propia.
Al final el coworking siempre ofrece más de lo que alcanzamos a resaltar en esta nota, ya que la experiencia está en función de la persona en sí. No esperes para formar parte de esta nueva tendencia y comienza como startup a generar las tuyas, acércate a tu espacio más cercano y conoce las opciones.